martes, 30 de junio de 2015

El Horizonte

Dique Los Sauces, La Rioja, Argentina.
Un día aprendí que el horizonte no es más que una línea que separaba dos realidades  hermosas y enamoradas. Es una frontera imperceptible que se roba nuestra mirada en cada amanecer y atardecer. Pero insisto, es solo una línea y aun así hablamos de ella como si fuera algo más que eso, como si su existencia marcara por completo la nuestra. Hay tantas cosas que nos limitan, que influyen de lleno en nuestra vida más que una frontera imaginaria. Sin embargo seguimos escribiendo canciones en su nombre e imaginando llegar a él, como si alguna vez fuéramos a encontrar la olla con oro al final del arcoíris.
A veces lo pienso un poco y tal vez nosotros seamos el horizonte, o al menos vivimos en él, en esa franja donde el cielo y la tierra se unen, donde se recuerdan cuanto se aman. Tal vez nosotros seamos el producto de ese amor, ya saben, como el de la pacha y el inti.
La verdad es que ya no me queda buscar ese lugar donde se pierde el horizonte, si él ya está en mi es imposible que lo pierda.


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