jueves, 3 de diciembre de 2015

Al momento de partir

Camino a Pozo de Piedra, La Rioja, Argentina. Foto Silvia Bretillot(mi mamá :D )
Es tan raro irse. Primero uno empieza juntando lo que es, empacándose, y luego mete en una caja las cosas que le sirven. Y la verdad es que nunca son grandes cajas, sino del tamaño justo porque las cosas que importan son muy pocas. De repente, sin querer, en algún momento se nos cuela esa anticipada soledad, siempre acompañada de un poquito de melancolía. Eran tanto los planes que tenía y tantos los que me exigían irme. Incluso eran aún más las ganas de encontrar algo tan fuerte que me ayudara a quedarme, a hacer las cosas aún más sencillas. Pero aquí estoy, empacando.
Has sido raro, 2015. Sé que aún no acabas pero desde ya quisiera irme despidiendo y sobre todo decirte que podría proclamarte como el peor de mis años, pero no le haría justicia a los que sí fueron peores. No has sido tan malo, solo fuiste un momento de cambio, de redescubrimiento. Un instante como para aceptar que ya había cosas que eran de una forma determinada y que podía seguir luchando contra ellas o simplemente dejarme llevar un poco.

Así que me estoy yendo y es bueno saber que de una forma u otra, ya casi ha dejado de llover.