viernes, 20 de febrero de 2015

Ese bichito llamado nostalgia

Lo siento, dije que me pondría las pilas con los estudios y estoy fallando justo ahora. No sé si son mis ganas de no estudiar, o si  es que en realidad los ácaros son portadores de ideas un tanto triste, y mientras uno duerme estos saltan de la almohada a tus oídos y te recuerdan con una voz suavecita esas cosas que extrañas. Tal como notan hoy quiero hablar de nostalgia.
Recuerdo a alguien que decía que la verdadera nostalgia surgía solo en los instantes previos a morir, y la verdad creo que no está tan errado, aunque diría que hay mayores muertes que directamente la física y todas son causadas por el mismo asesino, ese llamado olvido. Así que sin más ni menos, es factible afirmar que este bichito desesperante, mejor conocido como nostalgia, aparece en cualquier momento, y no necesariamente en el menos esperado.

Si lo pienso seriamente creo que el gran problema es que no me gusta olvidar. Como me aferro tanto a las personas aunque poco las conozca, me cuesta demasiado asimilar cuando desaparecen de mi vida. No me gusta quedarme sentada para ver como se van. 
Tal vez y solo tal vez, si la soledad no asustara tanto  me sentiría feliz así, sin gente a la que aguantar y dándome todos los lujos egoístas que soy capaz de permitirme. Si tan solo no me ahogara en la cajita de recuerdos tan seguido... 

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