Foto de Theo Gosselin |
Hoy quiero escribirte a vos, sí, solo a vos. Escribirte una
suerte disculpa y regaño a la vez, pero que no deja de ser un agradecimiento,
porque llenaste un lugar muy importante y de golpe desapareciste. No digo que
todo sea tu culpa, yo no soy la más laburante acá, y sin embargo a veces lo
intenté más y otras ni me molesté. Dejé que todo fluyera, que fuera lo que
tenía que ser, justo como decías. Es cierto que a veces me negaba a aceptar que
todo estaba destinado a terminarse y pataleaba y hacía berrinches como un
niño y decidía ponerme esa amistad al
hombro y llevarla como pudiera. Algunas veces me recitaste el discursito de que
las amistades se hacen de a dos, y sin
embargo muchas veces ya ni hablábamos si yo no empezaba, o simplemente
desaparecías y yo me encerraba en mi orgullo.
De todas formas, aún con el tiempo que fuera, uno de los dos
se terminó yendo por que ya no se podía seguir tirando o aflojando de más.
Entonces después de 12, de 7, de 5, de 3 años y hasta de pocos meses
desapareciste y ya ninguno lo intentó. Es que simplemente no hay peleas, no hay
broncas, solo una total indiferencia ¿para qué seguir negando lo evidente? Aun
así te agradezco el tiempo invertido, las risas, lo buenos momentos, las
puteadas y los malos ratos, agradezco que hayas conocido la parte más dura de
mi historia y que hayas desaparecido justo cuando yo me aferraba a ti. Gracias por
todo y sobre todo por irte, hoy sé que he crecido muchísimo gracias a tu
ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario